Agua Termal

Hidrotonificante

El Agua Termal Nell Ross, es la amiga indiscutible de todas las pieles, aún las más sensibles, acnéicas o secas.

Por ser muy rica en minerales y oligoelementos y de pH neutro es hidrotonificante y suavizante.

Utilizándola en forma regular, se mejoran las capas superiores de la piel y permite resistir mejor las agresiones diarias. La característica fundamental del agua termal es que surge del interior de la tierra.

agua termal

Emerge de las profundidades, y en su recorrido se va nutriendo con minerales como el fósforo, sodio, flúor, yodo, hierro y bromo.
Nuestro cuerpo pierde alrededor de medio litro de agua por dia, nuestra agua termal se encarga de suplir esta pérdida diaria de humectación que nuestra piel sufre inevitablemente, aportándole todo lo que necesita para estar y lucir saludable las 24 horas los 365 días del año.

La naturaleza nos legó esta purísima agua totalmente natural, única, extraída de las Termas de Pismanta, San Juan, para ser usada en todo momento como fiel aliada de la piel.

Vaporizar sobre rostro y cuerpo, por la mañana, antes de la humectación y durante el día cuanto se necesite para proteger de las agresiones del frío y del sol.

 

EL REGRESO A LAS FUENTES

Aguas termominerales, aire puro, sales, arcillas finitas e infinitas . . . . .

Las células del ser vivo son en gran parte agua y minerales en continuo movimiento entrando y saliendo del protoplasma y circulando por las instersticios renovando la vida.

El agua es esencial para el ciclo vital del ser humano.

Las Aguas Termales son las que surgen de las profundidades de la tierra a temperaturas superiores a las del medio ambiente del lugar. Abundan en zonas terrestres de estructuras tectónicas, con fallas profundas, dislocaciones de mayor y menor grado y de épocas antiguas o recientes.

Llevan en disolución en sales de los terrenos que atraviesan y gases que se desprenden en contacto con el aire, por eso son también minerales.

San Juan tiene el privilegio de ser la zona de Argentina con la mayor cantidad de fuentes termominerales.

Pismanta aparece en las crónicas coloniales de Diego de Rosales y de Alonso de Ovalle que al atravezar estos alucinantes desiertos las mensionan por sus curaciones.

Las creencias de los aborígenes, quienes hacían enormes distancias desde el camino del inca, afirman sus virtudes curativas, decían que moraba en la vertiente del pozo bravo de Pismanta una divinidad subterránea que curaba todos los males físicos y que se embravecía si alguien osaba perturbar su

tranquilidad.

Todo enfermo se acercaba a la fuente y arrojaba una ofrenda, si desaparecía era que la deidad aceptaba la curación y la persona debía bañarse y beber sus aguas, si la ofrenda salía devuelta no se curaría.

 

EL AGUA, ELEMENTO VITAL PARA NUESTRO CUERPO

El líquido amniótico constituye desde el principio de nuestros días un escenario acuoso apto para el desarrollo y la formación natural de la vida humana. Es decir, el agua es el nutriente primario y fundamental.

Es el 85 % de la sangre, el 70 % de la musculatura, y cerca del 75 % del cerebro.

Dentro de nuestro cuerpo se encuentra en cada célula. El agua actúa como solvente, lubricante, refrescante y elemento de transporte; remueve las toxinas y mantiene el volumen sanguíneo.

También su presencia es necesariamente importante para la regulación de nuestra temperatura, además de proveer el medio en el que se llevarán a cabo todas las reacciones químicas celulares.

Esa regulación en el cuerpo es controlada por los riñones. Ellos ayudan a preservar el equilibrio del agua, sodio y otros electrolitos en la sangre y el cuerpo en general, manteniendo una sana armonía entre la ingesta y el desecho.

Pero, justamente, los riñones necesitan agua para realizar su trabajo. Por eso es fundamental que bebamos agua.

El cuerpo florece, y se beneficia con el agua, con cada gota, ingerida de la forma que fuere, sea a través de bebidas, frutas u otros alimentos. El cuerpo tiene la capacidad de absorber los nutrientes que provienen de los elementos de la naturaleza que contienen agua. Entre ellos, unos de los de más ricos son las aguas termales, y los fangos extraídos de esas fuentes. En este apunte vamos a describir esas propiedades, y mencionar la localización de los distintos tipos de fuentes en nuestro país, con las características terapéuticas propias de cada una de ellas.

 

UNA NOVEDAD DESDE HACE MUCHO TIEMPO

Se sabe que los antiguos romanos utilizaban las termas como baños revitalizantes, sin importar la edad que tuviesen. Luego de veinte siglos la humanidad vuelve a las fuentes. Hoy, las termas son uno de los re-cursos más efectivos -a toda edad- para sentirse bien, debido a sus efectos relajantes y revitalizantes, que van más allá de una simple sensación de bienestar: de acuerdo a las diferentes características de cada tipo de agua, éstas sirven, entre otras cosas para:

  • - Relajar profunda y rápidamente el sistema nervioso.
  • - Desintoxicar los tejidos del cuerpo.
  • - Reponer los minerales que se pierden como consecuencia del exceso de actividad psicofísica.
  • - Solucionar rápidamente problemas de índole osteo-articulares.
  • - Distender aquellos grupos musculares cuyas
  • - contracturas son inevitables como consecuencia del trabajo diario.
  • - Revitalizar y optimizar la respuesta intelectual a cualquier edad.

La característica fundamental del agua termal es que surge del interior de la tiérra. Emerge de las profundidades, y en su recorrido se va nutriendo con minerales como el fósforo, sodio, flúor, yodo, hierro y bromo.

 

NUESTRA AGUA

AGUA TERMAL HIDROTONIFICANTE.

Por ser muy rica en minerales, oligoelementos y de pH neutro es hidrotonificante y suavizante.

Utilizandola en forma regular, se mejoran las capas superiores de la piel y permite resistir mejor las agresiones diarias.

La naturaleza nos legó esta purísima agua totalmente natural, única extraída de las profundidades de la Cordillera de los Andes, en las Termas de Pismanta, San Juan, Argentina para ser usada en todo momento como fiel aliada de nuestra piel.

Nuestro cuerpo pierde alrededor de medio litro de agua por dia, nuestra agua termal se encarga de suplir esta pérdida diaria de humectación que nuestra piel sufre inevitablemente, aportándole todo lo que necesita para estar y lucir saludable las 24 horas los 365 días del año . . .

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