Además de tratarse de un atractivo elemento de belleza, las uñas revelan un fiel espejo de la salud. Su color, aspecto, resistencia y forma pueden indicar ciertas dolencias y carencias alimentarias.
Las uñas, al margen de significar un aspecto femenino que denota belleza y cuidado estético, pueden transmitir diferentes mensajes que delatan el bienestar o malestar de una persona.
Las uñas se pueden debilitar por diversas causas: problemas circulatorios, respiratorios, metabólicos, alergias, anemia o deficiencia de calcio u otros nutrientes esenciales.
Sin embargo, cabe destacar que no sólo existen causas internas que expliquen el mal estado de las uñas, hay también factores externos que las estropean: contacto con solventes, productos de limpieza, una exposición prolongada al sol, golpes contra objetos duros, aplicación de esmaltes de mala calidad, etc.
Las uñas cuando se encuentran sanas, tienen un color blanco-rosado con cierto brillo natural y una forma ligeramente curvada, por lo tanto, cuando ellas se encuentran mínimamente alteradas, lo conveniente sería acudir a un especialista para realizar un diagnóstico certero.
Los trastornos más usuales son: uñas con manchas blancas, amarillentas, débiles y quebradizas.
Por lo general, las uñas “en hojaldre” frágiles y debilitadas pueden revelar un trastorno tiroideo, así como también cuando se las observa resecas y quebradizas; o pueden indicar una falencia de vitaminas, calcio, hierro, magnesio o algún aminoácido esencial. En tal caso, el disturbio puede revertirse al elegir una dieta equilibrada y rica en lácteos.
El agua es el principal responsable de este problemita, por tal motivo, se aconseja utilizar guantes de látex para lavar los platos y limitar el contacto directo la misma, limitándose sólo a la higiene personal. También la utilización de solventes (como por ejemplo, la acetona) o de ciertos esmaltes de baja calidad, pueden producir dicho debilitamiento e incluso algunas reacciones alérgicas.
Existe un sinnúmero de alteraciones que pueden llegar a cambiar su coloración normal (blanco-rosado):
En reiteradas oportunidades suelen aparecer manchitas blancas, que pueden ser el resultado de enfermedades de origen alérgico o bien, consecuencia de un maltrato a las cutículas. Otras veces, las manchas tienen su etiología en un cuadro de estrés o falta de zinc y vitamina B6.
Es normal que las uñas presenten una ligera curvatura, pero cuando ésta se encuentra exacerbada (tipo pico de loro) es probable que se trate de trastornos renales o de problemas glandulares.
Si las uñas son demasiado cóncavas hacia el interior, podría llegar a tratarse de una marcada anemia por falta de hierro.
Asimismo, se encuentra la “uña en dedal”. Se la llama de esta manera porque denota un punteado, claramente visible a trasluz, como si alguien con un punzón se hubiera tomado el trabajo de hacerle puntitos, al mejor estilo del dedal de una costurera. Este tipo de problema, revela que la persona padece de trastornos psoriásicos.
Para evitar todos estos daños en las uñas, Nell Ross ofrece los jabones tratantes que brindan limpieza, belleza y salud.
El Jabón de Fango exfolia la piel suavemente, desprendiendo las células muertas, ideal para las manchas en la piel y uñas. Estimula la circulación sanguínea.
El Jabón de Algas Marinas, mezcla de cuatro tipos de Algas, reafirmantes, cicatrizantes, reductoras y reparadoras. Se puede utilizar tanto para piel dañada como en los casos de psoriasis o pieles envejecidas. Deja la piel suave, tersa y cuidada al mismo tiempo que sirve de protector para las uñas.
Como hemos visto, el cuidado de las uñas es algo más que un proceso estético y su principal objetivo es evitar su deterioro y mejorar su firmeza. Por tal causa, Nell Ross brinda un sencillo tratamiento a tener en cuenta:
El factor básico para tener uñas fuertes y sanas, radica en incluir la cantidad de nutrientes necesarios para mantenerlas en forma: