Hoy no existen excusas para padecer las dolencias que acarrea el hecho de tener várices. Conozca un simple, rápido y efectivo tratamiento que no las cura, ni las borra, pero sí aliviará sus molestias en cuestión de minutos.
Las mujeres saben muy bien que entre sus principales enemigos, además de la celulitis, las estrías y el sobrepeso se encuentran las odiosas várices.
Estas detestables manchas violáceas que se asoman por las piernas si uno intenta colocarse una mini o una pollera con un osado tajo. Afectan sin distinción de edad, aunque usualmente se dejan ver si se trata de una persona obesa o una fémina que supera los treinta, treinta y cinco años de edad y más aún si ha pasado por uno o varios embarazos.
Pero no sólo a la parte estética afectan las várices, sino que fundamentalmente se trata de un problema de salud, que causa pesadez, inflamación, hinchazón, picazón, hormigueos y/o quemazón, molestias que no son capaces de ceder con facilidad.
Pero en realidad… ¿De qué se tratan las várices, en qué consisten?
Por definición, las várices son la dilatación permanente y patológica del sistema venoso y como tantos otros trastornos, su aparición es el resultado de una serie de factores.
A continuación detallaremos los más frecuentes, algunos de ellos fáciles de revertir:
Pero convengamos que no siempre esta afección se presenta de la misma manera, ni tiene las mismas características, ya que pueden ser más reducidas, más localizadas, apenas visibles o afectar el tronco venoso por completo.
Dichas diferenciaciones tienen que ver con el grado de evolución de esta enfermedad circulatoria. Resulta esencial distinguirlas, para poder encarar el tratamiento idóneo para corregirlas.
No es lo mismo una várice que una “arañita” por ejemplo. ¿En qué se diferencian? Es simple, en el caso de una várice se está manifestando una vena dilatada, que con el tiempo va aumentando su volumen y así enfermando a las que la rodean. Si no son tratadas de manera adecuada puede derivar en una flebitis o úlcera varicosa.
La “arañita” sin embargo, (telangiectasia, su nombre profesional) aparece como una fina red de color azulado, situada con mayor frecuencia en la zona de los muslos. A diferencia de las várices, no se tratan de venas dilatadas, sino de capilares. Son consideradas una afección estética y no una enfermedad en sí.
Aconsejamos una consulta con un medico flebólogo, para estar mejor informadas.
Nell Ross presenta a continuación una terapia natural, inocua y efectiva para apaciguar las molestias ocasionadas por las várices:
Este tratamiento deja las piernas livianas, deshinchadas y con una sensación fresca, ya que el mismo desinflama, activa la circulación sanguínea y ayuda a desprender las toxinas adheridas a la pared vascular.